Las Navidades traen ilusión, buenos propósitos, deseos de paz, cenas en familia y también melancolía. Las felices fiestas no lo son tanto porque algo tienen que a muchas personas entristecen. Hay incluso quienes temen que lleguen estos días.
Los niños en cambio se lo pasan en grande, sin colegio y soñando con regalos que llegan con Papá Noel o con los Reyes Magos. Los jóvenes también las disfrutan, siempre ávidos de fiestas con mucho ambiente y marcha. Sin embargo, los que ya no son tan jóvenes y los mayores echan de menos a los que se han ido. En Navidad, especialmente, notamos la ausencia de los seres queridos.
Las Navidades nos dan el bajón porque de una u otra manera nos llevan al pasado y en el pasado habita siempre la melancolía. El estado de ánimo de muchos durante esos días apunta a la depresión y a pesar de ello tenemos la obligación de estar contentos. Eso de estar contentos por obligación es terrible, es como comer sin ganas. Y por si fuera poco están las comidas megafamiliares, con abuelos, padres, hermanos, hijos, cuñados, sobrinos, concuñadas y suegras. No quiero ser negativo y espero que en tu familia reine siempre la paz, pero a veces esas reuniones se convierten en algo parecido a Gran Hermano.
Creo que hay algo más que influye en el bajón navideño, el factor estacional: el invierno, el frío, los días tan cortos, las noches tan largas. Aquí, en Europa, las Navidades coinciden con los días más cortos del año, con los días que tienen menos luz solar. Los profesionales sabemos que eso influye en el estado de ánimo. Una buena solución para el bajón navideño es viajar a los mares del Sur, allí está comenzando el verano y son los días más largos del año. Punta del Este en Uruguay sería guay, pero me temo que no está al alcance de todos.
Lo que sí podemos hacer es intentar vivir el momento, el 'Carpe Diem' de los clásicos. Y ser prudentes, muy prudentes en las cenas familiares, para que de verdad sea Nochebuena.
10 Comments:
Bueno, lo que yo veo peor de la Navidad, no es sólo el bajón que te produce, sino la incapacidad de la gente para dejarte en paz.
Te imponen más que te desean felices fiestas, no puedes no querer vivirlas en familia, no puedes negarte a atracarte por las noches cuando el resto del año comes una lechuga escuchimizada y nadie se mete contigo. Puedes morirte de asco 360 días al año, pero hay otros cinco que se resumen en Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes, en los que tienes que ser la alegría de la huerta.
En estos días, hay que hablar con gente con la que en todo el año has tenido relación, prometer que al año que viene será diferente, que quedareis a cenar y a comer, y os vereis en verano, jurar y perjurar que esto no puede seguir así, que les sigues queriendo igual pero ya sabes el trabajo, los niños.................
De todos modos, con lo de los niños que esperan sus regalos tampoco estoy de acuerdo, advierto cada vez más frecuentemente que para los niños el tener que decidir que regalos quieren y en que casa se los traerán está convirtiendose en una autentica tortura, hay pocos niños que no tengan lo que realmente quieren a lo largo del año. Por supuesto hablo de niños "normales", entendiendo el termino normal como el niño que vive en una familia con un nivel económico medio, ya sea alto o bajo, es decir, ese niño que en Reyes puede decidir que quiere y donde se lo pedirá en su carta a los Reyes Magos.
En fín, creo que se nota un poco que para mí el 1 de Diciembre es la fecha clave en la que empiezo a rumiar el espanto que me producen estas fechas.
Un saludo
...porque es cierto que parece que tengas que ser feliz, y tienes la obligación de juntarte con la familia incluso cuando no te apetece...a mí que soy joven, sin compromisos familiares ineludibles, sin dificultades aparentes, me deprimen...me deprime la parafernalia desatada y el mercadeo, me deprime que no hay forma de abstraerse, que todo para...la ruptura con la cotidianeidad me produce stress...recuerdo la infancia, en que sí me ilusionaban y echo de menos ese momento...siempre digo que me gustaría pasarlas en un lugar alejado donde no se celebren, en un país árabe o enmedio del desierto...a ver qué me invento este año para hacerlas más llevaderas
Navidad, un baul lleno de recuerdos me parece la Navidad. El Nacimiento, bolas y luces de colores, nieve, hogar... van unidos a viejos sentimientos que me gusta recordar, como si de estrellas fugaces se trataran. En mi caso, suponen las vacaciones de invierno, tiempo libre para vivir intensamente. Me gusta vivir la Navidad con libertad, sin someterme a la disciplina que pretende imponernos el mundo de consumo y las viejas costumbres. Es una ocasión para celebrar lo que tenemos (que no es poco) brindar por la paz, y unirnos a las gentes de buena voluntad. Feliz Navidad a todos.
Querido Prakash;
Echar de menos a los que ya no están es humano, pero no compensa. Si uno vive la Navidad como lo que es (la celebración del nacimiento del Hijo de Dios) no hay pena que valga. Otra cosa es que muchos vivan estas fiestas como si sólo existiese la Navidad del Corte Inglés.
La verdadera Navidad es alegre. Al menos para mi. Aunque ya no tenga padre y trabaje a casi 1.000 kilómetros de mi casa. Aunque dos de mis hijos estén ya en el Cielo. Gracias a Dios y a la Fe podré volver a verles.
Feliz Navidad, don Prakash
He leído este blog y me surge la necesidad de escribir sobre las dichosas cenas de trabajo. Vivimos en una sociedad en la que hay muchas cosas que estamos obligados a hacer porque sí o por lo que pueda decir el jefe o los compañeros en este caso. Y me pregunto, ¿es qué estamos obligados a ir por algún motivo?, ¿es realmente necesario?, más bien pienso que estamos obligados por nosotros mismos y por lo que digan los demás, pero más que eso pienso que cada uno debe hacer lo que le dé la real gana sin preocuparse de nada más, tarea difícil en la mayoría de las ocasiones pero que tenemos el derecho de llevarla acabo si queremos. Algunos pensarán que esta reacción sea antisocial pero no lo creo, si realmente estoy agusto y me llevo bien, no voy a decir con todos, tarea bastante difícil, yo diría imposible, sino con alguno de mis compañeros iría sin ningún problema, pero cuantas veces pasa que tenemos compañeros con los que tenemos que trabajar y que no hemos elegido como amigos, por este motivo pienso que si queremos un rato de diversión los podemos compartir con alguien que merezca más la pena, amigos, familiares, novia, mujer, hijos, etc.
Pues, oye, a mí me gusta todo en Navidad. Me gustan las luces, el ambiente, el árbol de mi casa, las cenas con la familia, que, por cierto, este año celebraré en mi propia casa la Nochebuena y la Nochevieja. Aunque es un poco engorroso tanto preparativo, en el fondo, me hace ilusión... ¡y eso que no tengo lavavajillas!
En Navidad, aunque todo se ha convertido en algo básicamente comercial y consumista, las cosas se ven de otra manera. En esta época, me alegro más, soy menos pesimista que de costumbre, me gustan los escaparates tan decorados, los polvorones en el cristal de las pastelerías, los anuncios de turrones... me gusta hasta el frío.
Vamos, no hay que ser tan tristón. Sucumbid al ambiente navideño, aunque sepamos que es otra mentirijilla de la sociedad. ¿Por qué no ser un poquito más felices de vez en cuando?
Epoca de depresión", "bajón","navidad terrible","fiestas de Gran hermano",todo parece querer llevarnos a la consulta de este,más que un artículo psicológico parece un anuncio para acudir a su consultorio después de las fiestas,hay que tener un poco de cuidado con lo que se dice y cómo se dice,por si faltaba algo lo de Punta del Este ya es el final del anuncio...
… pues a mí, la lectura de artículo, me invita a desearos "que la vida os sonría todos los días".
Sólo hemos de hacer lo imprescindible para que no llegue a carcajearse de nosotros.
Un abrazo
Carpe Diem a todos, como tú bien dices, y aprendamos a sacarles el máximo provecho a estas fiestas por muy dificil que la sociedad nos lo ponga.Es cierto que no será tarea fácil, pues a todos nos surgen nuestros pequeños dramas personales, como seres humanos que somos. Pero al menos, durante unos días al año debemos sonreir y aprovechar la oportunidad que nos brinda la vida para vivirla. No significa poner la cara de felicidad y de cinismo ante llamadas inusuales felicitándonos, sino de poder aprender a no dejar solo para unos dias concretos ciertas palabras para ciertas personas, aprender a pensar que no estamos solos y que no somos el centro del universo, y que,por muy mal que nos sintamos, habrá alguien que lo este pasando incluso peor.
De este modo, aprovecho para felicitar las fiestas y a animaros a sacarles el máximo partido.
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