13 octubre 2006

Nuestros Yoes (II parte)

Resumiendo lo del otro día: conocido por mí y conocido por los otros, yo abierto; conocido por mí y desconocido por los otros, yo oculto; desconocido por mí y conocido por los otros, yo ciego; desconocido por mí y desconocido por los otros, yo desconocido. De los dos primeros ya hablamos, de los dos segundos hablaremos hoy.
Al yo ciego se le llama también yo desconcertante, porque nos parece imposible que algo de "mi yo" sea ignorado por mí y sea evidente para los demás. Es como ver mi nariz o mis ojos, son vistos por los demás pero no por mí. El ejemplo más claro lo encontramos en lo que podríamos llamar la impresión que causamos en los demás. Habitualmente desconocemos lo que despertamos en los demás, sobre todo lo que despertamos de negativo, porque no se nos dice. Sin saberlo provocamos en el otro cosas que desconocemos, algunas positivas y otras no, damos la impresión de seguros, o de tímidos, de listillos, de graciosillos, de pelmazos, de antipáticos... Podemos conocer este yo si tenemos amigos sinceros que nos digan lo que no nos gusta oír. Sólo en las relaciones interpersonales podemos hacernos más conscientes de los contenidos de este sector del yo. Por eso las terapias de grupo son también especialmente eficaces en descubrir al yo ciego, digamos que el grupo nos pone delante un espejo donde poder mirar a ese yo. Cuando nos informan de él solemos negarlo, nos defendemos como gato panza arriba, damos un sinfín de explicaciones, cuesta admitirlo.
El yo desconocido, ese sector que ni yo ni los otros conocen, es el inconsciente psicoanalítico. Es el sector de lo instintivo, de lo reprimido, donde bucean las psicoterapias profundas. Lo tengo dentro de mí, pero no tengo acceso directo a ello. Se manifiesta especialmente en los sueños. Si lees la Interpretación de los sueños de Freud, poco a poco, como beben las gallinas, quizás descubras aspectos insospechados de ese yo hermético y cerrado, pero que influye de la forma más decisiva en nuestra conducta, calladamente, sin que se advierta.
Eres lo conocido, lo oculto, lo ciego y lo desconocido. Pero déjame decirte una cosa: Por encima de todo, sé tú mismo, no importa lo que seas.

7 Comments:

Anonymous Anónimo Escribió³...

Lo que más me gusta del artículo de hoy es el final. Se tú mismo. El yo ciego, sin duda, es desconcertante y dependen de los ojos de quien te mira, de sus sentimientos, de sus intereses y de su inteligencia también..Y aunque, su opinión, pueda resultar dudosa por los condicionantes que he expuesto, siempre es bueno, aceptar la opinión de los demás y cuestionarla, a un suponiendo, que sea equivocada , por aquello de que nos creemos mejor de lo que somos. De todas formas, me parece muy complicado analizar a otras personas y no sé, hasta que punto es sano y conveniente. Mejor que analizarlas, prefiero amarlas, quererlas. El amor y el afecto me parece la forma más auténtica de llegar a alguien. En mi experiencia con los niños, a los que di clase, que como os he dicho en una ocasión, algunos tenían grandes problemas, de muy poco me sirvieron los libros, sí en cambio, el amor y el cariño que puse en ellos. Y gracias a esa relación de afecto que hubo entre nosotros descubrí, yo también, parte de ese yo ciego del que estamos hablando ahora, que tanto me ha ayudado en la vida. Creo muy poco, en los métodos racionales donde no sé pone el corazón y la vida.
Supongo que la labor de un maestro, que está todos los días con los niño, enseñándole a crecer, a vivir, es muy distinta que la de un médico o un psicólogo. Todas son entregas, y son hermosas, pero el maestro contempla la Vida y el médico o el psicólogo la patología. Pondré un ejemplo. Ante un juguete que nos fascina y nos atrae, el niño y el maestro jugarían con el juguete, se entregarían a él se dejan llevar de sus encantos. El científico, el médico, el psicólogo, en cambio, destruiría el juguete para ver lo que tiene dentro, olvidándose por completo del sentimiento que le inspiró el juguete.

10:27 a. m.  
Anonymous Anónimo Escribió³...

Si la interpretación de los sueños forma parte del "yo desconocido", entonces tendremos que abrir la puerta a que el Tarot, el horóscopo y tantos otros sistemas parecidos sean también interpretaciones válidas de ese "Yo desconocido", lo cual abre serias dudas sobre este planteamiento.

11:20 a. m.  
Anonymous Anónimo Escribió³...

Lo siento, Belen, no puedo estar de acuerdo hoy contigo. Los médicos y psicólogos trambién estudian la vida (tu misma decías hace unos días que todo es vida) y no encuentro actividad o profesión en la que el individuo carezca de corazón al dedicarse a ella. El científico que fabrica una bomba o el asesino que mata también lo hace con sentimiento y corazón. Aunque sea un corazón de pacotilla, el sujeto se emociona con lo que hace.

Y no sólo hay que poner corazón en la educación de los niños. A mi parecer es una de las profesiones en las que más cualidades hay que tener. Fíjate que durante la mayor parte del tiempo consciente de los niños tienes la capacidad de influir en ellos, formarles, enseñarles. A los individuos que conformarían el grueso de la sociedad en unos años. Un grupo heterogéneo en personalidades, habilidades, cualidades, familias. Es muy difícil, no sólo hay que ser buena persona.

También discrepo con el invitado anónimo. Con perdón, pero qué coño tiene que ver el horóscopo con los sueños, retazos de las experiencias y pensamientos, aparentemente incoherentes que se manifiestan sin poder controlarlos? A mi juicio son tan nuestros, forman parte de nosotros tanto como cualquier otra cosa que hagas, pienses o sientas conscientemente.

12:57 p. m.  
Anonymous Anónimo Escribió³...

Después de leer estos comentarios, decir que para completar mi intervención del otro día, el yo desconocido es algo que nos acompaña toda la vida. Nadie sabe de lo que es capaz, hasta que no lo hace o dice. En cierto modo, como bien apuntaba un lector, el yo evoluciona y yo creo que no se sabe ni hacia dónde, ni cómo.
En cuanto al yo ciego, yo creo que si uno se conoce bien y objetivamente se autoanaliza, veo difícil que otros puedan ver algo que tu no ves. Otra cosa es que no se quiera reconocer y supongo que aquí reside la dificultad para algunas personas hipersensibles a la crítica de poder relacionarse bien. De todas formas, cuando la gente emite un juicio de valor sobre otra, la juzga según sus criterios y por tanto, puede o no tener razón. Todo es relativo y cuestionable, no hay un solo patrón correcto y es por ello, que al receptor de dicho juicio puede resultarle tan difícil aceptarlo.

Yo me quedo con la última frase de Prakash, "se tu mismo". Tan corto y tan profundo. Después de todo lo que hemos hablado, ¿Qué es ser uno mismo? Supongo que en parte es cierto que tenemos que hacer y ser como queramos, primero porque no haya nada establecido como correcto y por tanto debemos asumir que a todos no podemos contentar. Siempre habrá alguien que nos quiera recordar nuestro yo ciego, con o sin razón, bajo su punto de vista. Para gustos, los colores se dice y es que si preguntamos a nuestro entorno, somos de muchas maneras distintas según la lente que nos mira.

Al hilo de esto, hay un pequeño cuento que seguro más de uno conoce. El título lo desconozco pero trata de un anciano, un niño y un burro. El niño estaba muy acomplejado porque se reían de él. El anciano decide entonces que tiene que olvidarse de este complejo. Un día el anciano decide ir al mercado y le dice al niño que lo acompañe. Le hace montarse al niño en el burro y el anciano va caminando a pie. Al llegar al mercado, la gente murmura que menudo niño más despiadado que va montado en el burro mientras el anciano va a pie. Al día siguiente, vuelven al mercado. Esta vez, el niño va a pie y el anciando montado en el burro. La gente vuelve a murmurar y esta vez dicen que menudo anciano desconsiderado que le hace ir a pie al pobre niño. El anciano le dice al niño que sea el mismo y que haga lo que crea conveniente ya que ha podido ver que haga lo que haga los demás siempre van a tener algo que decir.

1:22 p. m.  
Anonymous Anónimo Escribió³...

En ningún momento he dicho que un médico o un psicólogo o cualquier otra profesión no pongan el corazón y el amor. Únicamente digo que si no se pone corazón y amor no se puede hacer nada.

También te diré que el conocimiento que se tiene de un niño con el que se convive diariamente seguramente es distinto del que tiene un médico o un psicólogo. Se contemplan facetas distintas. Por supuesto creo en la labor de un médico y de un psicólogo siempre que ponga amor y cariño, sus conocimientos son muy interesantes y útiles. Pero sin amor y caniño, ni el maestro, ni el médico, ni el psicólogo, hacen nada. Esto es lo que he querido decir.

3:26 p. m.  
Anonymous Anónimo Escribió³...

Pues coincido, en general, con los cuatro contertulios que me han precedido, aunque pueda parecer una contradicción. No voy a explicar, sería muy largo, por qué esa coincidencia no es una contradicción.

!Hay tantas teorías sobre todo!. Esta que nos muestra el Doctor Prakash, en dos partes, es una de éllas y tiene el valor, entre otros, de servirnos de autoconocimiento (siempre parcial) y de conocimiento (siempre parcial) de los demás.

Que tenemos una parte ---importante--- que no conocemos es obvio para mí cuando le pido a alguien que se deje grabar en vídeo y audio y luego le pido que se vea. Creedme, no reconocen ni su voz. Es el "ánima" Junguiana, la sombra. A medida que van viendo el vídeo y escuchando el audio, y les pido que se entrenen en verse como si vieran a un actor extraño, comienzan a descubrir facetas nuevas para ellos que corresponden a cómo les ven algunos de los demás. La experiencia es francamente enriquecedora y está dentro de una "terapia" llamada Procesología, aunque las terapias con vídeo no son nuevas, pero sí los "procesos" que propongo; la Procesología, aclaro, no se basa en vídeos, pero puede utilizar cualquier método siempre que se sigan fielmente, los "procesos" tal como los sugiero.

4:42 p. m.  
Anonymous Anónimo Escribió³...

Se me ha escapado comentar el tema de la sinceridad. Mira que he escrito una parrafada enorme pero bueno...

Tengo que decirte Prakash que no estoy de acuerdo contigo cuando dices que podemos conocer nuestro yo ciego si tenemos amigos sinceros.

Permiteme decirte que, cuando alguien es sincero, se dice que dice la verdad. Sin embargo, se trata de SU verdad, SU punto de vista, SU opinión subjetiva por tanto, para bien o para mal. Evidentemente, esta bien confiar en tu entorno, SE SUPONE que no van a traicionarte ni te van a hacer ningún mal pero como bien digo en mi intervención anterior, cuando alguien emite un juicio de valor sobre mí, es SU opinión acerca de mi, según su criterio totalmente subjetivo y por tanto no es menos cierto que otro amigo que me dice el SUYO?

Yo llego a la conclusión de que nadie tiene la verdad absoluta y nadie es más o menos capaz de juzgar a otra. No hay nada establecido, nada más correcto que otro, simplemente todo es relativo, subjetivo y sujeto a criterio personal basado en las circunstancias de cada cual.

6:38 p. m.  

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