07 noviembre 2006
Es obvio que en unas líneas no voy a dar las soluciones para superar los miles de conflictos que se plantean. Ni en unas líneas ni en varios libros podría, no hace falta decir el porqué. Pero sí podríamos dedicar el blog de hoy a señalar algunas claves generales útiles para lograr un cambio positivo que ayude a superar los conflictos.
La primera puede resultar muy simple: si nos proponemos resolver un conflicto, conviene que nos centremos en encontrar las soluciones. Dicen que la diferencia entre un anglosajón y un latino es que ante un problema el latino se cuestiona el origen y el anglosajón la solución. Es necesario hablar de las causas y de las circunstancias que generaron el conflicto, es necesario conocer la historia para no repetirla y así llevar a cabo la prevención. Pero, es fundamental que las partes enfrentadas no se desgasten en echarse la culpa del origen del problema, malgastando energías y olvidando que lo prioritario es encontrar la solución.
Otro aspecto de interés es procurar no añadir más tensión a la tensión que de por sí es inherente a todo conflicto. Hay que evitar en lo posible las conductas y las expresiones agresivas y descalificadoras. Esto incluye el estar atentos a respuestas aparentemente pacíficas y que, sin embargo, esconden una agresividad enorme, son las llamadas respuestas pasivo-agresivas. El saber popular le llama de otra manera, como siempre más certera, éste las mata callando. Es también adecuado utilizar en lo posible lo descriptivo y no lo valorativo. Es mucho mejor para lograr un cambio positivo decir "eso que haces está mal", que valorar negativamente a la persona diciendo "eres malvado".
No hay que olvidar que detrás de toda conducta hostil y agresiva suele haber frustración. Si estamos implicados en un conflicto y queremos superarlo, tenemos que reflexionar continuamente sobre nuestros sentimientos, llevar a cabo una actitud de introspección continua para detectar lo latente y para intentar ver con los ojos del otro. No debemos contentarnos con un cambio que afecte sólo a la conducta, deben cambiar también las emociones, las ideas, las actitudes. Por último, si el conflicto es con una persona querida y cercana, resulta, si no del todo necesario, sí muy conveniente mostrar una actitud doble, de confianza básica en ella y en su capacidad de superación, y, de aceptación incondicional que estará siempre por encima de los resultados.
"Pasamos más tiempo lamentando nuestra situación en vez de buscar soluciones"
1 Comments:
Me gustan las pautas generales que aconsejas para llevar a cabo la resolución de un conflicto, porque por muy diferentes que sean los conflictos a los que nos tenemos que enfrentar a lo largo de nuestra vida, el respeto y la serenidad deben de estar siempre presentes. Pero me parece muy interesante lo que apuntaba en su comentario del anterior post, Angel, cuando decía que hay quien utiliza el conflicto como un instrumento del “arte existencial”.
El modo de interpretar la Vida difiere de una persona a otra, de un momento a otro, de forma y manera que resulta imposible definir la Vida en términos abstractos, puesto que ninguna persona ni ningún destino puede compararse a otra persona o a otro destino y, cada situación reclama, por tanto, una respuesta distinta que dependerá de cada uno de nosotros de la interpretación y sentido que hayamos dado a nuestra vida, de nuestros ideales y valores. Hay quien pudiera interpretar estos valores como un mecanismo de defensa, pero lo cierto es que muchas personas viven e incluso son capaces de morir gracias a sus ideales y sus valores. Y no me estoy refiriendo a creencias fanáticas ni tampoco a conductas morales. Las personas que obran con sinceridad no se mueven para satisfacer un impulso moral, y silenciar su conciencia; lo hacen por conquistar un objetivo o una meta con la que se identifican, bien sea por Amor o incluso por .Dios. Y, sin duda, esta meta estará siempre presente a la hora de resolver los conflictos a los que tengamos que enfrentarnos en la Vida.
Publicar un comentario
<< Home