28 junio 2006

Sinceridad

La sinceridad es la virtud de la franqueza, es el amor y el respeto por lo veraz. La persona sincera actúa siempre de buena fe y mantiene una coherencia entre sus palabras y sus actos. Es contrario a la mentira, a la duplicidad y a la hipocresía. Hay ocasiones en las que no nos gusta lo que oímos del amigo sincero, pero si tienes la suerte de contar con una amistad así, cuídala, es una joya. Aunque a veces se equivoque, nos haga daño y parezca injusto, porque, obviamente, la sinceridad excluye la mentira no el error. "Amicus Plato sed magius amica veritas", "Amigo de Platón pero más amiga la verdad"(creo que es algo así, sino rectificarme).
Decir la verdad no significa que haya que decirlo todo. Hay que decir lo que se piensa pensando lo que se dice. La sinceridad no es salvajismo cruel que espeta la verdad, ni exhibicionismo impúdico, ni imprudencia. Todos tenemos derecho a callar, conviene no olvidar que uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Hay ocasiones en las que se debe callar la verdad, así es cuando ésta lo único que puede acarrear es dolor y sufrimiento injusto o inútil a otra persona. Incluso pueden darse situaciones en las que uno no sólo tenga que callar y ocultar la verdad, sino mentir. A veces la mentira es el mal menor que hay que elegir. La sinceridad, la fidelidad a lo verdadero no es un absoluto. Ninguna virtud es absoluta, sólo el amor. Por eso, ser fiel a lo verdadero no puede disculparnos de ser infiel a la compasión y al amor.
Sé que me ganaré algunas críticas de los kantianos, pero hablando de sinceridad cómo no ser sincero: "Creo en las mentiras piadosas y decir la verdad no es un absoluto". A veces es más moral mentir que decir la verdad. Pero hay culposos que prefieren la tranquilidad de su conciencia antes que evitar el sufrimiento del prójimo. Hay personas tan amantes de la verdad que tienen seco el corazón, son fanáticos de la verdad y no la supeditan ni a la compasión ni a la caridad. He tenido la ocasión de atender a algunas personas, que me pedían la verdad a la que tenían derecho y se la di como era mi obligación; pero también he atendido a otros que no querían saberla y que con los ojos me pedían que callara o mintiera y así lo hice por compasión.
Para finalizar dejo una pregunta abierta ¿la sinceridad, es un defecto ó una virtud? Espero vuestro comentarios.
Çitas Çitables
  • Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa. André Maurois
  • Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía. Waldo Emerson
  • En asuntos de vital importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo verdaderamente vital. Oscar Wilde
  • El valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa. Oscar Wilde

1 Comments:

Anonymous Anónimo Escribió³...

Acogiéndome a tu invitación a participar y cubrir la demanda que formulas en la pregunta, trataré de quitarme las telarañas del cerebro y opinaré, como no, sobre tan honorable cualidad.
Por tanto, me aventuraré a señalar, no sin ánimo de agotar todas las alternativas habidas y por haber, que la sinceridad obviamente ha de ser considerada una virtud. Otra cosa es la forma que pretendamos darle, a tan sublime noción, para ajustarla a nuestras necesidades, con el único objetivo de conciliar dicha virtud con el “todo vale”. De otra manera, estaríamos desvirtuando la funcionalidad original de la palabra “sinceridad” y cometeríamos un auténtico atentado conceptual, con lo cual la distorsión moral o ética está asegurada. Y esto es así, dado que es de sobra sabido que la realidad es producto del lenguaje y éste, es configurado en base al consenso social. Alguien dijo que “cuando no se vive como se piensa, se termina pensando como se vive”, es decir, hagas lo que hagas o pienses lo que pienses, el ser humano huye del conflicto cognitivo pensar-decir (puesto que la naturaleza de la sinceridad es expresiva) y busca el equilibrio mental, que es donde el hombre se encuentra cómodo. Este equilibrio, o esta armonía, no es ni más ni menos que la sinceridad, la coherencia de lo que se dice con lo que se piensa. Y por último, comparto la postura de mi amigo Prakash, cuando afirma que ser sincero no implica decir toda la verdad, asumiendo las consecuencias ya sean positivas o negativas; para esta actitud existe un concepto más oportuno: la ingenuidad. Entiendo, por tanto, que el concepto de sinceridad que recojo en este comentario, al que atribuyo propiedades “virtuosas”, es totalmente compatible con “las mentiras piadosas” a que hace referencia el Doctor Prakash en su artículo “Sinceridad”. Con lo cual, me decantaría más por poner en tela de juicio la dudosa imperfección de la ingenuidad que cuestionar la irrevocable virtud de la sinceridad.

Saludos de tu amigo Juan
Hasta pronto

11:52 p. m.  

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