Hace unos dias, un señor me escribía y pedía que le ayudara, que ya no sabía que hacer. Agradecí su confianza depositada en mí y con su permiso, voy a relatar brevemente su caso y la posterior respuesta que puede ser útil para otros.
Caso
Se trata de un señor, que tiene miedo, miedo a todo. Se siente atacado cada vez que alguien le insinúa, cuando algún que otro familiar duda o sospecha de el, por lo que evita todo contacto social. Teme incluso de sus amistades sinceras. Estos cuando le proponen salir, teme que ellos se burlen de el o le abandonen cuando peor está. Muestra generalmente ira y enfado ante cualquier cosa insignificante. Tiene hipertensión y ha sufrido hace unos meses una angina de pecho. Pero lo que realmente desea es como controlar su ira, su respuesta a los demás y a las pequeñas contrariedades que nos presenta la vida.
Respuesta
Cuando un individuo se siente atacado o agredido, tiende a desencadenar la cólera contra su “agresor”. Ejercítese en el arte de dejar que la persona que arremete contra usted se exprese, aunque no resulte sencillo. De esta forma, logrará que la ira se detenga automáticamente, puesto la cólera es como un partido de ping-pong: si un jugador no recibe la pelota, no se pude jugar.
Trate de canalizar sus emociones: si su ira se desencadena ante la más mínima ofensa, ¿cuál será su reacción cuando la situación tome un cariz más tenso? No se trata de callarse, sino de medir su reacción en relación a lo que sufre.
Domine su tono de voz: un volumen de voz elevado es una prueba evidente de que usted es incapaz de controlarse. En una situación tensa, trate de evitar los chillidos, puesto que no le ayudarán en nada. Para ello, utilice el siguiente truco, muy popular entre los educadores de jóvenes delincuentes: es necesario bajar el tono tanto como lo eleva la otra persona. Hable pausadamente y con un tono cada vez más bajo. La persona que se encuentra enfrente hará lo mismo de forma inconsciente. ¿Quién puede enfadarse en voz baja?.
Controle sus nervios: la vida moderna está llena de estrés y de preocupaciones que hacen que, en determinados momentos, explotemos de rabia ante pequeñas situaciones. Relájese, practique ejercicio, busque la paz interior aislándose del mundo que le rodea. Cuando se le presente una situación tensa, respire a fondo y trate de analizar el origen de esta situación.
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