"Escuchar", esa cosa que tanto buscamos...
Para comprender es necesario también saber escuchar. Es algo aparentemente sencillo y sin embargo, créeme, marca la diferencia entre un buen y un mal psicólogo, psiquiatra o consejero de cualquier tipo.
Zenón de Elea, en el siglo V a.C, ya se percató de la importancia de esta, aparentemente, modesta destreza para cualquier relación de ayuda, y por eso decía: "Nos han sido dadas las orejas y una sola boca, para que podamos oír más y hablar menos". Veinticinco siglos después de Rogers, un maestro de la escucha que ha creado una de las más importantes escuelas de la psicoterapia actual, dice: "Descubrí en mi etapa inicial como terapeuta que el sólo hecho de escuchar era una manera de ser útil y ayudar... Así cuando se presentaba alguna duda, escuchaba... Ahora ya disfruto escuchando porque escucho las palabras, pero también los pensamientos y sentimientos que hay debajo de la intención consciente".
La escucha es un proceso activo, que requiere una determinada actitud y aptitud para la sintonía con el otro. La buena escucha crea un clima de empatía, de cordialidad y de autenticidad, en el que es posible percibir el marco íntimo de referencia de la otra persona. Para ello hay que llevar a cabo el "como si", ese ponerse en el lugar del otro. La escucha no es sólo auditiva, hay siempre un lenguaje no verbal, analógico que le llaman los expertos, que acompaña al lenguaje verbal, digital para los pedantes. Y estos lenguajes, coincidentes en el tiempo, no siempre son coincidentes en el mensaje. De forma y manera que a veces lo digital queda negado por lo analógico. Todo muy complicado ¿verdad? El flamenco, sin embargo, lo dice más fácil y rotundamente en una soleá del Lebrijano: "Esta gitana está loca, lo que dice con los ojos lo desmiente con la boca".
Escuchar implica por último hacerse cercano, y acercarse supone a veces hacerse vulnerable. En algunas ocasiones, podemos rehuir la escucha atenta por temor a que los problemas nos toquen y nos afecten. Aquí habría que decir con Gabriel Celaya, que "hay que comprometerse, y más aún, implicarse, y más aún, mojarse e incluso mancharse".
Çitas Çitables:
- No hay peor sordo que el que no puede oír; pero hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y por otra se le va. Baltasar Gracían.
- Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente. Sócrates.
- Los medios de comunicación han acostumbrado a ciertos sectores sociales a escuchar lo que «halaga los oídos». Juan Pablo II.
Adan, Rajesh, Juan García, Rosa López, Lale, Juani, Neeru, Shakira, Puni, Krishna K, Cristobal, Romero...
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