Trabajar
Pero, hay trabajos y trabajos. Algunos son un lujo, una bendición, como es el mío; otros, sin embargo, son una auténtica tortura. Entre estos dos extremos habrá un sinfín de posiciones, donde probablemente esté el trabajo de la mayoría. Hay trabajos que son sólo un medio para obtener una estabilidad económica y otros que son en sí mismos un fin. Hay también trabajos divertidos a los que habría que cambiarles el nombre y en los que la satisfacción está asociada al mismo hecho de hacerlo. El trabajo puede estar cargado de sentido o ser considerado un castigo sin sentido. Puede ser vivido como algo fatal, como simple oportunidad o como una apasionante misión.
Quizá alguno conozca la historia de los tres canteros que trabajaban de sol a sol tallando enormes piedras. Preguntados por el sentido de su trabajo, el primero respondió que era algo muy duro pero inevitable, un castigo infame, un calvario insoportable. El segundo recordó lo de ganarás el pan con el sudor de tu frente y se alegraba de que gracias a aquel trabajo su familia tuviera una mínima seguridad y la satisfacción de sus necesidades básicas. El tercero ante la misma pregunta dejó por un momento de tallar y contestó: "Estoy construyendo una catedral". El trabajo era el mismo para los tres, pero muy diferentes el sentido, la interpretación y la motivación que cada uno le daba.
Trabajar es siempre transformar algo haciéndose alguien. El trabajo es mucho más que una ocupación, el trabajo otorga identidad, de ahí la enorme suerte de aquellos que trabajan en lo que libremente han elegido. Pero el ser de cada uno no puede agotarse en el rol de trabajador. A veces es desmedido el tiempo que dedicamos al trabajo, en detrimento de otras facetas de la vida. Cuando es así estamos robando tiempo a la familia y a nosotros mismos en la tarea de promover un crecimiento armónico, integral y humano. El trabajo debe sustentar la vida, pero no ocuparla por completo, hay que trabajar para vivir y no viceversa. Algo no va bien cuando hay trabajo desmesurado para unos y paro o mobbing para otros.
Citas Citables
- Si no puedes trabajar con amor sino sólo con desgana, mejor será que abandones el trabajo y te sientes a la puerta del templo a recibir limosna de los que trabajan con alegría. Khalil Gibran.
- Mi padre siempre me decía: encuentra un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida. Jim Fox.
- Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama. Aristóteles.
- Pan comido y no trabajado, es pan robado. Gandhi.
1 Comments:
El mobbing es algo muy serio, una prueba de fuego que te hiere hondamente. El mobbing, no consiste tan sólo en no darte de trabajo, trata de hundirte moralmente, de destruirte psicológicamente. No sé, hasta que punto, son de ello conscientes los que lo llevan a cabo, creo creer que del todo no lo son., porque si supieran el daño que hacen seguramente no se atreverían a llevarlo a cabo. Lo más posible, es que ni se lo cuestionen; no son la clase de gente que se cuestiona su comportamiento. De todas formas, no es asunto mío juzgar a nadie, ellos sabrán o deberían saber lo que hacen.. Pero, lo cierto, es que el mobbing es una experiencia muy difícil; sobre todo, al principio porque, tan increíble es creer lo que está pasando para el que le toca vivirlo, como para él que le toca scuchar al que lo sufre y, hasta que no resulta evidente para todos., para él que lo vive, en su propia piel, es angustioso. En mi caso, he tenido mucha suerte, por contar con Prakash y con la gente que me quiere, por la formación que he tenido, el mundo de valores y el sentido que he intentado dar desde siempre a mi vida.
Lo verdaderamente asombroso y digno de contar, es como una situación tan difícil puede convertirse en algo que te enriquezca en todos los sentidos, humanamente, psicológicamente, religiosamente. El silenció es un arma muy poderosa, el silencio y la valentía de ir a ocupar todos los días el sitio que te han asignado, aunque te humille. En este sitio comprendes que tu Yo no es nada, que eres algo más Grande, más Universal, te enfrentas al significado de tu existencia, a tu nada. El ser humano es el mismo que hace el mobbing y el mismo que se enfrenta a él( mobbing) con la cabeza alta, con dignidad. Me he acordado muchas veces del monje Tibetano, que había sufrido martirio cuando los chinos invadieron el Tibet. Que lo que más temió no fue el encarcelamiento, ni la soledad, ni los dolores físicos de la tortura; lo que más temía era perder el sentimiento de amor y de compasión hacia sus torturadores. Porque realmente, sin buenos sentimientos y sin perdonar, es horrible vivir.
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