29 enero 2008

Despúes de un tiempo...

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender... que los besos no son contratos y los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema. Y aprende a plantar su propio jardín y decorar su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo también aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sea como esperabas. Con el tiempo te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese único instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, extrañarás inmensamente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Y aprende que hay tres momentos en la vida que uno no puede remediar: la oportunidad que dejaste pasar, la cita a la que no asististe, la ofensa que ya pronunciaste. Con el tiempo también aprendes sobre el dinero... y entonces comprendes que: puedes comprarte una casa, pero no un hogar, puedes comprarte una cama, pero no hacerte dormir, puedes comprarte un reloj, pero no te dará el tiempo, puedes comprarte un libro, pero no conocimiento o lo que necesitas aprender, puedes comprarte una posición , pero no sirve para tener respeto, puedes comprarte medicinas y pagar la consulta al médico, pero no te da salud, puedes comprarte sangre, pero no la vida, puedes comprarte sexo, pero no amor.

Con el tiempo también aprendes que la vida es aquí y ahora, y que no importa cuantos planes tengas, el mañana no existe y el ayer tampoco. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tienen ningún sentido. Pero infortunadamente, todo esto lo aprendes sólo con el tiempo...

Por José Luis Borges

06 enero 2008

Las 3 flores del amor que hay que regar a diario

Alguien especial dejó caer por Messenger un nick un tanto curioso: Que el amor son tres flores que hay que regar a diario, supongo que igual se trata de alguna letra de alguna canción, pero el caso es que se lo pregunté y me contestó que ella el master del amor lo tenía suspendido hace muchísimo tiempo…

Pero digo yo, es que hay que tener un master para saber que es lo que mas importa en el amor para que tengamos que cuidarlos a diario, ya que el amor es como una flor, que si no la cuidas, se marchita.

El amor al igual que la flor tiene sus fases, hay épocas en la que reluce brillantemente, huele a hermosidad e irradia encantos que nos hacen despertar nuestros sentidos pero también hay épocas en las que su color se hace menos encantador a nuestros ojos, pero seguro que esconde una gran belleza. Recuerdo una gran frase de un poeta hindú, Rabindranath Tagore, que decía: “Aunque le arranques los pétalos, no quitarás su belleza a la flor”.

Me ha dado a pensar, ¿cual podría ser las tres flores del amor, que hay que regar a diario para que éste sea un amor bien sano y fuerte?

Personalmente... me cuesta decidir, pero si tengo que quedarme con 3... Podrían ser:

1 - La comunicación --> Sin comunicación, apaga y vámonos. Es muy importante hablar las cosas, decirlo todo sinceramente, tanto lo bueno como lo malo (eso si, siempre de buenas maneras), explicar como ha ido el día, debatir temas, recordar, inventar, soñar, reírse juntos... Creo que es fundamental.

2 - El cariño --> Con cariño me refiero a la ternura... a la amabilidad... a los mimos... al hecho de demostrar el aprecio y el mismo amor con actos dulces. Puede no perderse el cariño, pero si no se demuestra, de poco vale. Creo que ser siempre muy dulce alimenta que siempre se tenga presente lo bonito que es lo que se está compartiendo.

3 - La generosidad --> Me refiero a no pensar solo en ti mismo, sino tener muy presente a la otra persona. A empatizar con ella, tener en cuenta como se siente, lo que le gusta, sus necesidades... Para recibir, primero hay que dar. Si ambos dan todo lo que pueden, se tendrá una vida en la que se reciba muchísimo, y eso llena.

A mi parecer, son tres cosas muy importantes, que si ves que faltan, o que últimamente se están descuidando... hay que hacer el esfuerzo de mantener vivas.

Normalmente si quieres mucho a una persona te salen solas, pero como nadie es perfecto y la vida te da golpes, a veces tienes que esforzarte... y se hace gustosamente cuando sabes que vale la pena. Y por esa persona, todo vale la pena.

Prakash

02 enero 2008

Reflexión para el 2008

Comienza un nuevo año y con el un mundo de oportunidades se abre ante nosotros. El momento es propicio para reflexionar internamente sobre experiencias pasadas, situaciones presentes y el porvenir. Para aprender del pasado, disfrutar el presente y construir un futuro mejor.
Si nos detenemos por un momento y hacemos una pausa para mirar hacia atrás, podremos darnos cuenta que nos encontramos exactamente donde nos han traído nuestras acciones pasadas. El ser humano construye su futuro día a día mediante sus pensamientos, palabras y acciones, y estas a su vez van moldeando el presente.
Algunos pueblos que han tomado consciencia de la importancia de los actos de cada uno de sus habitantes para la consecución de un fin común, han incorporado a sus culturas la tradición de los propósitos a alcanzar en el año nuevo.
Esta tradición es muy sencilla. En ella cada persona se traza metas que hasta ahora no ha podido alcanzar, o no se había planteado y se hace el firme propósito de lograrlas durante el año que recién comienza. Puesto que según la tradición esto ocurre generalmente en alguna reunión social relativa al nuevo año, puede ser la cena de fin de año o la primera reunión de familiares y amigos del año que apenas comenzó, es costumbre comunicarse entre los concurrentes sus propósitos para de esta manera intercambiar opiniones sobre la mejor manera de lograrlos y obtener el apoyo necesario de quien este dispuesto a brindarlo para concretarlos, y si ocurre que se encuentran personas con propósitos comunes, unir esfuerzos para facilitar su consecución.
Esta tradición no esta limitada exclusivamente a propósitos individuales, pueden plantearse también propósitos familiares, de grupo, sociales y hasta mundiales, y de esta manera poner un granito de arena para construir un mundo mejor, el mundo que todos en el fondo deseamos.
Con el pasar del tiempo nuestra voluntad se fortalece y nos sentimos cada vez más capaces de lograr lo que nos propusimos; y no solo eso sino que también sentimos la necesidad de hacer algo por aquellos que hasta ahora no se han propuesto lograrlo pos si mismos, y comienza entonces un proceso de crecimiento en el cual nos volvemos conscientes de que somos dueños de nuestros destinos y capaces de utilizar nuestra voluntad en formas cada vez más creativas y constructivas.
A partir de ese momento vemos los obstáculos solo como situaciones a superar y de las cuales aprender, el contento se abre paso entre los lamentos, la alegría vence a la tristeza y la esperanza, la seguridad y la confianza reinan donde antes se encontraba el temor.
Siempre podemos escoger entre vivir el mundo cual lo conocemos o cambiarlo en el que deseamos, la decisión al final es de cada uno según decida ejercitar su libre albedrío.
Que este nuevo año nos brinde paz, amor, salud, armonía, unión, felicidad y prosperidad.