Sabiduría
En Almería durante la carrera, se oía mucho decir que si no sabes torear pa qué te metes. Pues acepté el reto porque mi profesión como psicologo y auxiliar de psiquiatría me otorga una especie de atalaya que facilita mucho el aprendizaje sobre la vida y es también una especie de catalizador que acelera el proceso madurativo. Muchas personas me han mostrado su interior, su cara oculta, su alma toda, su dolor y eso me ha hecho ver. Ha habido otra razón importante y es que yo estoy muy necesitado de sabiduría; y aunque bien sé que no por escribir un tratado de arte se hace uno artista, algo de sabiduría de vida se me pegará si ando leyendo, reflexionando y escribiendo sobre ella. Otras sinrazones como la vanidad y el afán de protagonismo, si han estado presentes, no he sido consciente de ellas y por lo tanto no puedo analizarlas, o sólo las analizaría con el psicoanalista que no tengo.
De lo que estoy seguro es que ha merecido la pena, porque además de pena nada, que ha sido divertido y muy gratificante para mí estar con vosotros. Reflexionar sobre sabiduría y perseguirla es el esfuerzo más útil que uno puede hacer, porque sólo la sabiduría de vida nos puede acercar a la felicidad. Ella es el auténtico tesoro, ese que no puede comprarse porque es tan valioso que no tiene precio. La sabiduría, decía Diógenes, sirve de freno a los jóvenes, de consuelo a los viejos, de riqueza a los pobres y de ornamento a los ricos. No estoy del todo de acuerdo con el griego, pero sí en que es buena siempre para todos. Si tuviera que resumir en un par de renglones que me quedan, cuál es el camino a la sabiduría que propondría, diría: si quieres vivir sabiamente, vive en el presente, contén tus deseos, no te apegues al yo, aprende del sufrimiento y ama.
No sé si tendrá sabor a sabiduría, pero lo de hoy a lo que sí sabe es a despedida. Estoy muy cansado.. Adiós... Hasta otra.